Adiestramiento en Alicante
Dolça es una preciosa y divertida perrita mestiza de Golden Retriever que, al igual que la mayoría de los perros jovencitos, estaba loca perdida.
Sus dueños sufrían bastante porque no veían forma de controlarla: no acudía cuando la llamaban, sino cuando le apetecía; se comía todo cuanto encontraba (cacas incluido); tiraba de la correa hasta causar serias molestias a sus propietarios; y, en definitiva, ser una alocada.
Cuando sus propietarios nos consultaron tuvimos que conversar y llegar a un término medio entre lo que deseaban obtener y lo que en verdad se podría llegar a obtener en un perro de esa edad, siete meses, porque los juegos y el experimentar es algo necesario para un perro joven, como ensayo y aprendizaje de su propio lenguaje y las actitudes que ha de tener en el futuro. Una vez llegado a un lógico acuerdo sobre los objetivos, comenzamos a trabajar.
Al principio parecía difícil sacar a Dolça de su «asalvajado» estado. Todo eran carreras, hurtos de cacas y tirones de correa: al ver a un perro, al ver una hoja moverse, al ver un palo inmovil… Pero en apenas tres sesiones fue descubriendo que esos «extraños juegos» a los que queríamos jugar con ella se le daban muy bien y que resultaba recompensada cada vez que lo hacía un poco mejor que antes.
Tras dos semanas de trabajo y juego, Dolça caminaba ya a nuestro paso, atenta a sus dueños, realiza esperas a las mil maravillas, y nos busca por encima de entre todos sus amigos cuando la llamamos, para venir rauda. ¿Sigue siendo feliz y alocada? claro, su tiempo de juegos es preciso y se le respeta, pero ya ha aprendido que sus dueños son tan divertidos o mas que cualquier otra cosa en el mundo, y siempre está dispuesta a acudir junto a ellos cuando la llaman.